lunes, 28 de octubre de 2013
Juegos para valorar la amistad
El mejor regalo
Seguro que tú también piensas que tu familia y tus amigos son el mejor regalo que la vida te ha hecho, pero cuando eras niño dejabas de "ajuntar" a tus compañeros de clase cada cinco minutos y tenías un nuevo inseparable en cada curso. Enseña a tu hijo el valor de la amistad desde pequeño para que disfrute de esta relación tan especial.
Para desarrollar este valor en tu hijo es importante que sepa qué es un buen amigo y porqué, cómo se comportan los buenos amigos, cómo mantener una buena amistad: preocuparse por sus compañeros, esforzarse por hacer algo útil en beneficio de los amigos, el niño amigo es el que no pelea con sus compañeros, comparte sus juguetes y conversa con los demás niños, trata de ayudar a un compañero que ha procedido mal explicándole lo incorrecto de su actuación, trata de convencerlo de que ha infringido las reglas sin ir a quejarse al adulto... Cuando hay amistad los niños se percatan de cuándo uno de ellos está alegre, o por el contrario, está triste y tratan entonces de alegrarlo, jugar con él, etc.
Prueba a contarle al niño esta historia:
Érase una vez dos niños que iban caminando por el bosque. Estos niños eran amigos desde hacía mucho tiempo. De pronto, un oso grande y fiero salió a su encuentro, imponente con sus afeiladas garras y dando unos fuertes rugidos. "¡Oh, qué espanto ante aquel animal tan feroz!" El miedo era tal que uno de los niños echó a correr, y sin mirar hacia atrás ni preocuparse por nada, trepó a un árbol y se ocultó entre las ramas, para que el oso no pudiera verlo y luego poder escapar. El otro niño, despavorido, se quedó paralizado por el temor, y viendo que no tenía escapatoria del imponente animal, y que su amigo se hallaba a salvo, se quedó en medio del camino, se echó al suelo y se fingió muerto.
El oso, sorprendido, se le acercó y se puso a olerlo, pasando su nariz por todo su rostro, las orejas, el cuello, el pecho, las piernas, tratando de observar si había alguna reacción. El niño retuvo la respiración, pues sabía que si hacía algún fuerte movimiento el oso podría darse cuenta de que él pretendía engañarlo. De nuevo el oso volvió a olerle cara, le lamió las mejillas, le escudriñó las orejas, emitiendo gruñidos bajos pero tranquilos.
Tras un largo rato olfateando, el oso creyó que el niño estaba muerto y que, por lo tanto, no suponía ningún peligro para él, por lo que se alejó. Cuando el fiero animal ser marchó, el niño que estaba en el árbol bajó rápidamente y le preguntó entre risas a su amigo:
-¿Qué te ha dicho el oso al oído?
-Me ha dicho que los que abandonan a sus compañeros en los instantes de peligro no son verdaderos amigos."
Una vez leído el cuento, comenta con tu hijo qué le ha parecido la historia, cómo habría reaccionado él, quién es mejor amigo en esta historia... Intentar encauzar tu relato de tal forma que critiques la actitud del pequeño cobarde que huye sin preocuparse por su compañero. Puedes terminar esta actividad dibujando una postal para su amigo, en la que coloreará un bonito dibujo y después añadirá una cariñosa dedicatoria
Juegos para aprender la sinceridad...
El valor de la palabra
Es fundamental que enseñes a tu hijo a ser sincero desde pequeño, una de cualidades más necesarias en la sociedad actual.
Material: láminas y lápices para colorear. Objetivo: que el niño aprenda la importancia de la sinceridad con un sencillo cuento.
La persona sincera es aquella que se expresa sin doblez, sencilla, veraz, real, que no finge. Lo contrario es fingir algo que realmente no se siente, por ejemplo, decir algo para agradar a otros cuando realmente no lo sentimos.
En la primera infancia los niños suelen imaginar cosas que aceptan como ciertas y que no constituyen mentiras, sino solamente la dificultad de diferenciar entre lo percibido en la realidad y lo imaginado. Por tanto, no confundas una fantasía infantil con una mentira, no es lo mismo. Es tremendamente importante además en la formación de este valor el ejemplo del adulto.
Para conseguir que tu hijo entienda mejor la importancia de la sinceridad, cuéntale este cuento.
“Pablo el niño que siempre fingía"
Pablo es un niño muy travieso que tiene una linda gatita llamada Perla, a la cual culpa de todas sus travesuras.
-“Pablo, ¿porqué se rompió este vaso?”- le preguntó su mamá.
- “No sé, mamá”,- contestó Pablo, - “Seguro que fue Perla, la gatita, yo la vi subida en el estante donde están los vasos”.-
La mamá le respondió:
- “Pablo, si fuiste tú, dímelo, yo prefiero que seas sincero conmigo y no me engañes”
- “¡No, mamá!”,- le respondió, y se hizo de tal forma el enfadado, que su madre terminó castigando a la gata que no era la culpable, por la rotura del vaso.
Es así que lo que comenzó por encubrir un pequeño accidente, se convirtió en un gran defecto del niño, y se acostumbró a mentir, a fingir, para obtener de su madre favores y permisos. El caso es que ya no sabía actuar con sinceridad, fingía y fingía como un gran artista, para quedarse en la cama y no ir a la escuela, para que lo liberaran de alguna tarea que le diese su mamá, para cualquier cosa...
Pero… como todo en esta vida se sabe si se quiere averiguar, sucedió que un buen día un pequeño grillo que desde el marco de la ventana observaba todo lo que Pablo hacía y escuchaba la falta de sinceridad del niño, se puso tan enfadado al ver tanto engaño e hipocresía, que le contó a la madre de Pablo todo, todo lo que su hijo hacía.
La madre calló y no le dijo nada al niño, ella esperó pues sabía que muy pronto Pablo volvería a hacer de las suyas, ella ya sabía que él estaba acostumbrado a fingir.
Así las cosas, se presentó el momento de darle una lección a Pablo, resulta que un día muy tempranito la madre lo llamó para que fuera a la escuela y se lo encontró doblado como un ovillo debajo de su manta, gimiendo de dolor de estómago.
-“¿Qué te pasa, Pablo”?, - le dijo la madre incrédula
-“¡Oh, mamá! Estoy muy enfermo, me duele mucho la barriga.”-
-“Pobre hijo mío, pero hoy no me vas a engañar, no finjas más ya sé que me has estado engañando pero eso no volverá a suceder”,- y obligó a Pablo a vestirse.
-“Mamá, es verdad que yo he fingido otras veces, pero hoy es cierto que estoy enfermo.”-
-“Lo siento, hijo, hoy no me dejaré engañar, finges muy bien, creo te voy a apuntar en un curso de teatro porque tienes un futuro como actor.”-
-“No, mamita, hoy es verdad”,- decía Pablo, pero la madre escarmentada no accedió, y llevó a Pablo a la escuela, y como esa vez el niño no fingía, era sincero después de mucho tiempo, fue el maestro quien tuvo que llevarse a Pablo al hospital.
El susto fue tan grande que a partir de ese día Pablo no fingió más para salirse con la suya, y todo se lo contaba a su mamá.
Después, pregúntale a tu hijo: qué le parece la actitud de Pablo, si cree que es un niño sincero, si hace lo correcto y qué habría hecho él en el lugar de Pablo. Para terminar, podéis pintar las láminas del pequeño Pablo y su gatita Perla.
Juegos para aprender la honestidad...
Respetar lo que es del otro
Por su propio desarrollo evolutivo, el niño de la primera infancia cree que todo le pertenece, que todo gira entorno a él, y por lo tanto, todos los objetos del mundo son suyos. Así, cree que todas las acciones para obtenerlas son permitidas.
El egocentrismo inicial del niño va cediendo poco a poco y da lugar a actitudes mas sociables que lo obligan a no mentir, a no utilizar medios no adecuados para obtener lo que quiere. Te ofrecemos un cuento que le ayudará a entender qué es la honestidad.
Cuenta al niño la siguiente historia
"Érase una vez un niño muy pobre que vivía con sus padres en las afueras de la ciudad. Juanito, que así se llamaba el niño, se iba todas las mañanas bien temprano al mercado de la ciudad, a tratar de buscar algo que hacer para que los comerciantes lo ayudaran con algunas cosas que le regalaban - frutas, hortalizas, verduras -, y contribuir a la economía hogareña, a pesar de que como era un niño era bien poco lo que podía conseguir.
Un día, estando sentado frente a una tienda de frutas, vio a una anciana comprando cosas que echaba en una bolsa grande. Juanito se acercó a ella para tratar de ayudarla, pero la anciana, al verlo tan desarrapado, lo echó de su lado, porque temía que el niño le fuera a coger alguna fruta que acababa de comprar. Juanito no le hizo mucho caso, pensando que quizás la viejecita había tenido anteriormente alguna experiencia desagradable.
En eso la anciana se va y, como era muy viejita, echó su bolsa del dinero en la bolsa de la compra. Esta se cayó al suelo sin que se diera cuenta. Juanito corrió donde la bolsa había caído, y cuando la abrió ¡Cielos, allí había dinero como para que toda su familia comiera una semana! ¡Qué suerte!.
¿Y sabes lo que hizo Juanito? Corrió hacia la anciana que ya se iba del mercado. Al verle de nuevo, la señora le dijo: “Mira niño, ¡ya te dije que no quiero que me ayudes!”
“Señora” replicó Juanito no es para eso, sino para devolverle esta bolsa que se cayó sin que usted se diera cuenta.”
La anciana incrédula tomó la bolsa, miró dentro y exclamó: “Que injusta he sido, un niño tan honesto y yo rechazándolo. Ven conmigo a mi casa, para que te de todo lo que necesites para ti y tu familia.”
Y dicen que desde entonces todo el mundo en la vecindad llama a Juanito “el honrado”, por lo honesto que había sido en su conducta.
Habla con tu hijo
Una vez terminado el cuento daremos la posibilidad al niño de que haga comentarios sobre lo sucedido en el relato, guiaremos la conversación hacia la conducta honesta seguida por Juanito, hablaremos con el niño sobre qué es la honestidad, definiremos cuáles son las buenas acciones para considerar a alguien honesto de forma que comprenda qué es la honradez, y cómo deben ser las relaciones entre las personas honestas.
Colorear y colocar
Se puede terminar coloreando y poniendo en orden las secuencias del cuento.
Juegos para aprender a actuar de forma responsable
Un valor muy importante
Para un niño, comportarse de forma responsable implica terminar las tareas que inicia y poner en ellas toda la atención. Te proponemos juegos que le ayudarán a entender qué es la responsabilidad, un valor muy importante para alcanzar los objetivos que te propones
Al niño pequeño hay que enseñarle a poner cuidado y atención en lo que hace. Esto se puede trabajar durante cualquier actividad que realiza en casa. Por ejemplo, cuando se le encomienda una tarea tan simple como lavarse los tienes, hay que enseñarle a que la lleve hasta el final y la cumpla bien.
Se le pueden dar al niño sencillas tareas que estén de acuerdo con sus posibilidades físicas y su nivel de desarrollo psíquico, siempre haciéndolo consciente de que son su responsabilidad.
Juega con el niño a ser responsable
El objetivo es lograr que los niños se sientan estimulados a actuar de manera responsable. Para ello, haremos juntos un cuadro de honor, le explicaremos que éste es un sito donde figurarán las tareas cumplidas con responsabilidad. Cada vez que las cumpla responsablemente haremos un dibujo para el cuadro de honor. Por ejemplo, le pediremos que ponga la mesa para comer y si cumple la tarea con responsabilidad haremos juntos un dibujo sobre el tema y lo colgaremos en el cuadro de honor.
Juego para Aprender la Bondad
La persona bondadosa es buena, benigna y benévola. A veces la bondad se la relaciona con la amabilidad.Es la inclinación a hacer el bien, e implica afecto hacia el prójimo, condescendencia, comprensión de los demás.
Iniciar a los niños en las conductas bondadosas desde una temprana edad es una de las tareas más importantes de la educación para la paz y la educación moral.
El niño aprende a ser bondadoso en primer lugar por el modelo que le ofrece el adulto, y en segundo término por la realización de acciones que lleven implícitos comportamientos bondadosos. Así aprende que lo mejor es ayudar, comprender y cooperar, en lugar de agredir, arrebatar o maltratar. Los modelos adultos pueden ser los cercanos, o aquellos que se muestran en los distintos medios de comunicación: la televisión, el cine, los vídeos. Más adelante la literatura va a cobrar un papel importante en este desarrollo.
La bondad puede enseñarse de muchas formas y en muchos contenidos diferentes, y el niño puede aprender a ser bondadoso con sus iguales, con los adultos, con los animales, incluso con aquellos a quienes no conoce.
Habla con tu hijo
Podemos hablarle de diferentes situaciones que se dan en la vida cotidiana y le preguntaremos al niño:
¿Qué harías si?..
- Sólo tuvieses un juguete y un amigo más pequeño lo quiere.
- Tuvieses muchos juguetes y otro niño que tiene algunos te pide uno.
- Ves en la calle a un anciano que pide limosnas y te llama para que le ayudes.
- Te piden que hagas una conducta no bondadosa.
Podemos agregar todas las situaciones que queramos, siempre que estén referidas al valor que se pretende formar.
Colorear
Se puede terminar coloreando alguna lámina para luego regarlársela a quien el niño quiera.
jueves, 24 de octubre de 2013
lunes, 21 de octubre de 2013
¿Qué son los Valores?
Los valores son principios que nos permiten orientar nuestro comportamiento en función de realizarnos como personas. Son creencias fundamentales que nos ayudan a preferir, apreciar y elegir unas cosas en lugar de otras, o un comportamiento en lugar de otro. También son fuente de satisfacción y plenitud.
Nos proporcionan una pauta para formular metas y propósitos, personales o colectivos. Reflejan nuestros intereses, sentimientos y convicciones más importantes.
Los valores se refieren a necesidades humanas y representan ideales, sueños y aspiraciones, con una importancia independiente de las circunstancias. Por ejemplo, aunque seamos injustos la justicia sigue teniendo valor. Lo mismo ocurre con el bienestar o la felicidad.
Los valores valen por sí mismos. Son importantes por lo que son, lo que significan, y lo que representan, y no por lo que se opine de ellos.
Valores, actitudes y conductas están estrechamente relacionados. Cuando hablamos de actitud nos referimos a la disposición de actuar en cualquier momento, de acuerdo con nuestras creencias, sentimientos y valores.
Los valores se traducen en pensamientos, conceptos o ideas, pero lo que más apreciamos es el comportamiento, lo que hacen las personas. Una persona valiosa es alguien que vive de acuerdo con los valores en los que cree. Ella vale lo que valen sus valores y la manera cómo los vive.
Pero los valores también son la base para vivir en comunidad y relacionarnos con las demás personas. Permiten regular nuestra conducta para el bienestar colectivo y una convivencia armoniosa.
Quizás por esta razón tenemos la tendencia a relacionarlos según reglas y normas de comportamiento, pero en realidad son decisiones. Es decir, decidimos actuar de una manera y no de otra con base en lo que es importante para nosotros como valor. Decidimos creer en eso y estimarlo de manera especial.
Al llegar a una organización con valores ya definidos, de manera implícita asumimos aceptarlos y ponerlos en práctica. Es lo que los demás miembros de la organización esperan de nosotros.
En una organización los valores son el marco del comportamiento que deben tener sus integrantes, y dependen de la naturaleza de la organización (su razón de ser); del propósito para el cual fue creada (sus objetivos); y de su proyección en el futuro (su visión). Para ello, deberían inspirar las actitudes y acciones necesarias para lograr sus objetivos.
Es decir, los valores organizacionales se deben reflejar especialmente en los detalles de lo que hace diariamente la mayoría de los integrantes de la organización, más que en sus enunciados generales.
Si esto no ocurre, la organización debe revisar la manera de trabajar sus valores.
jueves, 17 de octubre de 2013
Los Valores en los Niños(as)
Los niños aprenden del ejemplo de sus padres, por lo tanto si deseamos que nuestros hijos sean niños educados y que practiquen los valores humanos debemos poner de nuestra parte dando el buen ejemplo.
A continuación les presentamos los 10 valores que los niños deberían saber para tener éxito en sus relaciones interpersonales y en la escuela.
1. Amistad
Todos los padres saben que la elección de un amigo es fundamental para los hijos. La amistad tiene sus exigencias: Franqueza, apertura, capacidad de aceptar críticas y halagos, lealtad, sacrificio.
2. Autodisciplina
Es imprescindible para mantener el control sobre nuestra vida y desarrollo. Es indispensable para poder conseguir los objetivos propuestos en la escuela o en la casa.
3. Compasión
Es un valor que tiene en cuenta la realidad de otras personas. Es bondad, benevolencia, amistad.
4. Coraje
El coraje consiste en saber que es lo que se debe temer. El coraje en las personas bien formadas, sale a relucir frente a las injusticias.
Los padres deben fomentar también este valor, pues ayudara a los hijos a sacar fuerzas de las flaquezas. Les enseñará a luchar fuerte, en lo que consideran retos de estudios, trabajos o relaciones.
5. Fe
Es la virtud que añade una dimensión trascendente a la vida moral de la humanidad y une a la gente, de una manera inimitable por otros medios. Los padres deben inculcar a sus hijos, desde pequeños, los principios de la fe, para que estén preparados para que cuando llegue la edad de tomar decisiones puedan distinguir lo bueno y lo malo de lo que se les ofrecen.
6. Honestidad
Es la capacidad de decir y hacer la verdad. La honestidad expresa respeto por uno mismo y por los demás, pero necesita practica y estudio para conseguir la integridad.
Los padres deben enseñar con su propio ejemplo todas las variantes de la honestidad.
7. Lealtad
La lealtad es la verdadera unión con la familia, religión, amigos, profesores y grupos con los que hemos decidido identificarnos. Siempre intentaremos que la lealtad sea mutua.
8. Perseverancia
La perseverancia es crucial para el éxito, si está unida a la inteligencia práctica. Ha sido siempre un ingrediente esencial para el progreso humano.
9. Responsabilidad
Significa tener la capacidad, madurez y responsabilidad de responder de nuestros actos. Las personas maduras, son las que se hacen cargo de si mismas y de sus conductas.
Educar a los hijos en la responsabilidad empieza, desde muy pequeños en la casa, con el cumplimiento de pequeñas tareas.
10. Trabajo
El trabajo es el esfuerzo aplicado, en aquello a lo cual nos dedicamos para lograr algo. No es la tarea con la cual nos ganamos la vida, si no aquello que hacemos con nuestra vida.
Para ayudar a nuestros hijos a que sean felices y que disfruten de la vida, necesitamos ofrecerles dos cosas: La práctica en hacer varias cosas que requieran un nivel de esfuerzo y compromiso, compatible con cierta inversión personal en la actividad y el ejemplo de nuestra propia vida.
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